Carta #3 (Odio los finales)

Odio los finales, los finales de los libros, los finales de las series, los finales de un concierto, los finales de las películas y hasta de la bolsa de chocolates.



Siempre supiste que que tenía un serio problema con los finales. Finales en todas las dimensiones en que estos aparezcan; no me gusta terminar de escribir cuentos, no me gusta llegar al final de ellos cuando los leo, no me gusta despedirme de la gente con la que trabajo, me aterra el término de los viajes, odio cómo quedan las casas vacías, o los cuartos vacíos cuando te toca despedirte de ellos,

no me gusta cuando las conversaciones terminan abruptamente. No me gusta la palabra «Fin».

Tengo un serio problema con todo lo que significa dejar atrás, no me molesta avanzar sin ello, el problema se da cuando me doy cuenta que el significado que esos momentos o experiencias, tienen para mí, va a cambiar. Sé que no me gusta decir adiós, pero sé también que no me cuesta tanto avanzar, lo difícil quizás no está en ver hacia delante, sino más bien en él voltear la mirada y darme cuenta que hasta ese momento lo que era presente se convierte en pasado. Así como si cerrara un libro que no se puede volver a leer.

No sé porque te explico estas cosas, si tú ya las sabes y es por eso quizás que nunca te atreves a dar por terminado nuestros proyectos, pero aun así no sé, de manera figurada me das terminadas las cosas como para que sea un hecho, no sé si eso es peor “un final supuesto que debo discernir”.

Me extraña no poder sentir la tristeza de un término, no me gusta sentir aquella esperanza que no me deja avanzar, tus ojos me dicen un “continuará”, o yo quise entenderlo como para sentir eso de cuando habrá segunda temporada sorpresa, pero no puedo quedarme contenta ni tranquila sin tener la certeza de que esto todavía no es pasado. No quiero aferrarme a tus palabras, no quiero tenerte confianza no quiero sentirme triste. Pero quiero decir adiós sin sentirme de esa manera.

¿Por qué simplemente no me dijiste que aquí terminaba todo?

Aunque odie y le tema a las despedidas creo que les tengo miedo porque sé que puedo avanzar sin mirar atrás, pero dime, ahora, en este caso ¿hacia dónde debo mirar? ¿Adelante? ¿Quién me asegura que no andarás merodeando por allí y me arruinarás las cosas?

¿Me explicas cómo es qué para ti es tan fácil? Porque por más que lo pienso, los finales hasta parecen un tema subjetivo, mientras uno de los dos viva, camine y su perfume ande de travieso por las calles ¿qué fin puede tener esto? Volveremos, no como antes, no de esa manera, pero los sueños traicionan, las fotos se traspapelan, los caminos se cruzan, el mundo es redondo, voy al norte te veré en el sur, voy al este y seguro te encontraré al oeste.

Autor: Gilraen Eärfalas

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